En las profundidades de la tierra, donde la oscuridad es interrumpida solo por el fulgor de las luces industriales, late el corazón de una mina. Bombas gigantescas extraen el agua que inunda las galerías, trituradoras reducen a polvo el mineral extraído y cintas transportadoras lo llevan a las plantas de procesamiento. Detrás de esta danza mecánica, hay un equipo de profesionales que trabajan incansablemente: los técnicos de mantenimiento.